CIEN AÑOS DE SOLEDAD
jueves, 24 de febrero de 2011
Vuestras Recetas - Tarta de queso ... sin horno by Mayca
Vuestras Recetas - Tarta de queso ... sin horno by Mayca: "Ingredientes1 tarrina de queso de untar 0%250 cl de leche desnatada1 sobre de gelatina neutra en polvo- equivaldría a 3 tiras de gelatinaaspartamo al gusto
PreparaciónReservamos un poquito de leche fría para diluir la gelatina, calentamos la leche sin hervir, añadimos la tarrina de queso y removemos para que se deshaga. Para que quede bien disuelto el queso mejor lo batimos con la batidora.
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PreparaciónReservamos un poquito de leche fría para diluir la gelatina, calentamos la leche sin hervir, añadimos la tarrina de queso y removemos para que se deshaga. Para que quede bien disuelto el queso mejor lo batimos con la batidora.
miércoles, 23 de febrero de 2011
Diario de Ecuador
Vamos a ver aves al amanecer, que es cuando más activas y cantoras están. Tomamos la canoa de remos. La luz sobre la laguna es maravillosa. Todo está azulado y las oscuras siluetas de los Guarangos se reflejan como un espejo sobre la superficie del agua. Vemos muchas aves, loros, garzas, cocineros azules y se oyen cantos de todo tipo. A lo lejos se oyen los monos aulladores con su poderoso gruñido. Luego llegamos a la entrada de la laguna y vimos un ejemplar del legendario delfín del Amazonas, este de la variedad blanca pues también está el rosado. Suelen venir aquí a pescar cuando la laguna está alta pero ahora tiene un nivel muy bajo y se van al río Cuyabeno, de ahí al Aguarico, de ahí al Napo afluente del gran Amazonas.
Tenemos que volver, va a empezar a llover y no hemos traido los ponchos de lluvia. Metémos las cámaras en las botas de agua para protegerlas de la lluvia, nos quitamos las camisetas y remamos bajo la cortina de agua que ha comenzado a caer. Qué sensación más agradable y placentera.
Ahora hemos vuelto al campamento para desayunar y nos vamos a pescar pirañas. Acaba de pasar una pareja de guacamayos azules y amarillos mientras escribo estas líneas. Lucho el guía, nos enseña un pequeño escorpión que ha encontrado en su habitación. Ha dejado de llover.
9:30 A.M.
Al principio el calor es abrasador y sudamos mucho. Salimos de pesca con 2 canoas. Las cañas son un simple palo con un trozo de sedal y usamos carne roja como cebo. Empiezan a picar pero no es facil sacarlas, comen trocitos pequeños y no se clavan pues los anzuelos no están muy afilados. En la otra barca sacan 2 pequeñas pirañas. Tienen los dientes como pequeñas cuchillas afiladísimas.
Al rato saco yo una de buen tamaño, es preciosa, con reflejos azules y morados y sus ojos rojos, las aletas anaranjadas. Tiene unos dientes tremendos. La guardaremos para comerla y probar su sabor. Javi, creyendo que ya está muerta la cogé y esta le suelta un bocado que por poco no le atrapa el dedo. Si le muerde, se queda sin dedo.
Empieza a llover torrencialmente. Otra vez hemos olvidado los ponchos en el campamento. No aprendemos.
El paisaje se transforma formidable. Los bosques se nublan y vuelven azulados y grisaceos. Millones de gotas salpican la superficie creando una imagen mágica. Qué pena no poder tomar una foto, pero con este aguacero cualquiera saca la cámara. La imagen es de lo más sugestiva. Sopla un poco de viento y empieza a refrescar, vamos en bañador, completamente empapados y con una garrafa cortada por la mitad achicamos el agua de la canoa, que se está inundando.
La sensación es de lo más placentera. Nos sentimos eufóricos, gritamos. Parecemos auténticos indios amazónicos. Siento la lluvia recorriendo mi cuerpo mientras remo ¿qué hacemos aquí? ME SIENTO FELIZ Y MAS VIVO QUE NUNCA EN ESTE MOMENTO
Por la tarde no para de llover contemplamos la lluvia sobre esta tierra mientras leemos, escribimos o dibujamos. Me siento en paz.
Lucho me habla de la ayahuasca, el yaque como le llaman aquí. Los chamanes lo usan para buscar las causas de las enfermedades o hablar con los espiritus. Los turistas con otros fines. Tienen alucinaciones como ver animales gigantes, extraños colores, anacondas y monos tocando la guitarra, pero también sirve para ver el futuro o saber cosas sobre la gente, si te está mintiendo u ocultando algo. Por ejemplo, nos contó lo de la francesa que había ligado con un chico supuestamente soltero, tomó la ayahuasca y descubrió que en realidad estaba casado y tenía una hija.
Ya parece que llueve con menos intensidad y decido irme a dar una vuelta por la selva. Me voy solo. Tomo mi poncho y mis botas de agua y me interno por el sendero. La luz desaparece drasticamente y de repente estoy en un mundo predominantemente vegetal. Me encuentro allí solo, rodeado de trillones y trillones de hojas de de todas las formas y tamaños. Hay muchos tipos de pequeños hongos sobre los troncos y gruesas lianas retorcidas como serpientes unas y completamente lisas hasta el suelo otras. Da un poco de respeto, no sabes que vas a encontrar aquí y según me voy internando una idea se va instalando en mi cabeza y comienza a darme miedo: el Jaguar. Empiezo a pensar que en cualquier momento miraré a alguna parte y allí estará acechandome. Me siento muy intranquilo, allí donde estoy, sólo, la posibilidad empieza a ser real. Esto no es una paranoia, en este mundo las reglas son de otra manera y estoy completamente indefenso si el enorme gato me encontrara ¿Qué podría hacer yo ante la fuerza de tan soberbio animal? A la media hora de mi paseo decido volver a la seguridad del campamento, por mucho que Lucho me asegurara que podía ir tranquilo. La idea del fatal encuentro me ha metido un miedo primitivo y subconsciente en la cabeza. Mi subconsciente me ha trasladado a ese mundo ancestral y a la vez real donde ser devorado por un animal es algo completamente factible.
Luego me voy a la laguna, paseo por sus fangosas orillas llenas de arboles caidos. Hundo mis pies en el barro. Sigue bajando de nivel, pronto en unas semanas habrá desaparecido casi completamente, engullida por este gigantesco sistema fluvial. Ahora mis miedos ancestrales me traen la imagen de la poderosa anaconda. Dicen que por esta zona habita una de9 metros de largo. Espero no encontrarmela ni a ella ni a ninguna de sus hermanas menores. En un brazo de la laguna de aguas poco profundas me siento entre las ramas de un arbol caido. Me aseguro de que sobre mi cabeza no está la anaconda. Bien, solo está el follaje y docenas de bromelias que crecen sobre las ramas.
Alli mi poncho negro me camufla y mimetiza con el paisaje. Pronto empiezo a ver las incursiones de peces perro y paiches de aletas rojas sobre los alevines de otros peces que intentan protegerse de sus ataques metiendose entre las ramas sumergidas o saltando fuera del agua. Los ataques tienen la velocidad de una flecha.
Vuelvo al campamento, Lucho, Mónica su novia y Raul el cocinero, están en la cocina preparando la cena. Me siento a conversar con ellos. Hablamos de las petroleras que operan en la zona, como compraron territorios a las tribus y como tuvieron que retirarse de algunas partes que invadieron ilegalmente cuando las comunidades se organizaron para echarlos de allí armados con lanzas y machetes, jugandose la vida para defender su tierra. Acudió el ejercito pero ante la tenacidad de esta gente tuvieron que marcharse también y abandonar los explosivos y minas que instalaron. Hablamos de cómo los USA intentaron comprar las islas Galapagos a Ecuador, no por interes turístico o conservacionista, sino por el hallazgo de uranio que hicieron en su suelo. Hablamos del cambio climático, de la globalización, hablamos de hombres devorados por anacondas y hablamos de otras muchas cosas, en una tarde lluviosa, bajo un tejado de zinc de una cocina al aire libre, en un lugar tan apartado de nuestro mundo.
Fue una deliciosa conversación donde aprendi mucho y ellos tambien pudieron saber de la realidad y problemas de nuestro mundo, un mundo desconocido para ellos.
Tras la cena temprana, aquí llevamos el horario de las gallinas, 3 de los checos que salen de aqui mañana se van con Lucho en la canoa a ver caimanes e intentar atrapar alguno. Los 4 que nos quedamos iremos mañana. La imagen de la canoa alejándose en la enorme oscuridad tan solo rota por los 3 diminutos puntos de luz de sus frontales, sobrecoge y fascina.
Suenan los grillos, el canto de algun ave nocturna y la sonora melodia de lo que luego me dicen es una especie de sapo gigante pero que recuerda al canto del buho. Las luciernagas dan sus fogonazos sobre la negra silueta de los arboles y en el cielo asoma alguna tímida estrella.
Es mi segunda noche enla Amazonía y la sensacion de estar aquí me cautiva. ME SIENTO TREMENDAMENTE VIVO
Tenemos que volver, va a empezar a llover y no hemos traido los ponchos de lluvia. Metémos las cámaras en las botas de agua para protegerlas de la lluvia, nos quitamos las camisetas y remamos bajo la cortina de agua que ha comenzado a caer. Qué sensación más agradable y placentera.
Ahora hemos vuelto al campamento para desayunar y nos vamos a pescar pirañas. Acaba de pasar una pareja de guacamayos azules y amarillos mientras escribo estas líneas. Lucho el guía, nos enseña un pequeño escorpión que ha encontrado en su habitación. Ha dejado de llover.
9:30 A.M.
Al principio el calor es abrasador y sudamos mucho. Salimos de pesca con 2 canoas. Las cañas son un simple palo con un trozo de sedal y usamos carne roja como cebo. Empiezan a picar pero no es facil sacarlas, comen trocitos pequeños y no se clavan pues los anzuelos no están muy afilados. En la otra barca sacan 2 pequeñas pirañas. Tienen los dientes como pequeñas cuchillas afiladísimas.
Al rato saco yo una de buen tamaño, es preciosa, con reflejos azules y morados y sus ojos rojos, las aletas anaranjadas. Tiene unos dientes tremendos. La guardaremos para comerla y probar su sabor. Javi, creyendo que ya está muerta la cogé y esta le suelta un bocado que por poco no le atrapa el dedo. Si le muerde, se queda sin dedo.
Empieza a llover torrencialmente. Otra vez hemos olvidado los ponchos en el campamento. No aprendemos.
El paisaje se transforma formidable. Los bosques se nublan y vuelven azulados y grisaceos. Millones de gotas salpican la superficie creando una imagen mágica. Qué pena no poder tomar una foto, pero con este aguacero cualquiera saca la cámara. La imagen es de lo más sugestiva. Sopla un poco de viento y empieza a refrescar, vamos en bañador, completamente empapados y con una garrafa cortada por la mitad achicamos el agua de la canoa, que se está inundando.
La sensación es de lo más placentera. Nos sentimos eufóricos, gritamos. Parecemos auténticos indios amazónicos. Siento la lluvia recorriendo mi cuerpo mientras remo ¿qué hacemos aquí? ME SIENTO FELIZ Y MAS VIVO QUE NUNCA EN ESTE MOMENTO
Por la tarde no para de llover contemplamos la lluvia sobre esta tierra mientras leemos, escribimos o dibujamos. Me siento en paz.
Lucho me habla de la ayahuasca, el yaque como le llaman aquí. Los chamanes lo usan para buscar las causas de las enfermedades o hablar con los espiritus. Los turistas con otros fines. Tienen alucinaciones como ver animales gigantes, extraños colores, anacondas y monos tocando la guitarra, pero también sirve para ver el futuro o saber cosas sobre la gente, si te está mintiendo u ocultando algo. Por ejemplo, nos contó lo de la francesa que había ligado con un chico supuestamente soltero, tomó la ayahuasca y descubrió que en realidad estaba casado y tenía una hija.
Ya parece que llueve con menos intensidad y decido irme a dar una vuelta por la selva. Me voy solo. Tomo mi poncho y mis botas de agua y me interno por el sendero. La luz desaparece drasticamente y de repente estoy en un mundo predominantemente vegetal. Me encuentro allí solo, rodeado de trillones y trillones de hojas de de todas las formas y tamaños. Hay muchos tipos de pequeños hongos sobre los troncos y gruesas lianas retorcidas como serpientes unas y completamente lisas hasta el suelo otras. Da un poco de respeto, no sabes que vas a encontrar aquí y según me voy internando una idea se va instalando en mi cabeza y comienza a darme miedo: el Jaguar. Empiezo a pensar que en cualquier momento miraré a alguna parte y allí estará acechandome. Me siento muy intranquilo, allí donde estoy, sólo, la posibilidad empieza a ser real. Esto no es una paranoia, en este mundo las reglas son de otra manera y estoy completamente indefenso si el enorme gato me encontrara ¿Qué podría hacer yo ante la fuerza de tan soberbio animal? A la media hora de mi paseo decido volver a la seguridad del campamento, por mucho que Lucho me asegurara que podía ir tranquilo. La idea del fatal encuentro me ha metido un miedo primitivo y subconsciente en la cabeza. Mi subconsciente me ha trasladado a ese mundo ancestral y a la vez real donde ser devorado por un animal es algo completamente factible.
Luego me voy a la laguna, paseo por sus fangosas orillas llenas de arboles caidos. Hundo mis pies en el barro. Sigue bajando de nivel, pronto en unas semanas habrá desaparecido casi completamente, engullida por este gigantesco sistema fluvial. Ahora mis miedos ancestrales me traen la imagen de la poderosa anaconda. Dicen que por esta zona habita una de
Alli mi poncho negro me camufla y mimetiza con el paisaje. Pronto empiezo a ver las incursiones de peces perro y paiches de aletas rojas sobre los alevines de otros peces que intentan protegerse de sus ataques metiendose entre las ramas sumergidas o saltando fuera del agua. Los ataques tienen la velocidad de una flecha.
Vuelvo al campamento, Lucho, Mónica su novia y Raul el cocinero, están en la cocina preparando la cena. Me siento a conversar con ellos. Hablamos de las petroleras que operan en la zona, como compraron territorios a las tribus y como tuvieron que retirarse de algunas partes que invadieron ilegalmente cuando las comunidades se organizaron para echarlos de allí armados con lanzas y machetes, jugandose la vida para defender su tierra. Acudió el ejercito pero ante la tenacidad de esta gente tuvieron que marcharse también y abandonar los explosivos y minas que instalaron. Hablamos de cómo los USA intentaron comprar las islas Galapagos a Ecuador, no por interes turístico o conservacionista, sino por el hallazgo de uranio que hicieron en su suelo. Hablamos del cambio climático, de la globalización, hablamos de hombres devorados por anacondas y hablamos de otras muchas cosas, en una tarde lluviosa, bajo un tejado de zinc de una cocina al aire libre, en un lugar tan apartado de nuestro mundo.
Fue una deliciosa conversación donde aprendi mucho y ellos tambien pudieron saber de la realidad y problemas de nuestro mundo, un mundo desconocido para ellos.
Tras la cena temprana, aquí llevamos el horario de las gallinas, 3 de los checos que salen de aqui mañana se van con Lucho en la canoa a ver caimanes e intentar atrapar alguno. Los 4 que nos quedamos iremos mañana. La imagen de la canoa alejándose en la enorme oscuridad tan solo rota por los 3 diminutos puntos de luz de sus frontales, sobrecoge y fascina.
Suenan los grillos, el canto de algun ave nocturna y la sonora melodia de lo que luego me dicen es una especie de sapo gigante pero que recuerda al canto del buho. Las luciernagas dan sus fogonazos sobre la negra silueta de los arboles y en el cielo asoma alguna tímida estrella.
Es mi segunda noche en
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